Ana Sterling

Descripción

Exposición retrospectiva.

La idea de hacer una exposición homenaje aAna partió del dueño de la galería AIRE, Fito Ramírez-Escudero. Y para organizarla me llamo a mí, por ser amiga de Ana y por mi dedicación de muchos años a la pintura. Nuestra intención era hacer un homenaje a una amiga y a una artista. Una de tantos artistas anónimos, que se dedican con pasión a la creación. No por no ser profesionales son menos importantes para su público, que lo tienen.

Para ello me puse en contacto con su familia.Su colaboración ha sido imprescindible para poder realizarla. La mayoría de los cuadros expuestos son propiedad suya. Su marido Chema Sota y su hijo José han colaborado activamente. Siendo este último el artífice del montaje de fotos de su madre, que tanto nos ha emocionado.

Su pasión y su curiosidad por la pintura y por los pintores, le llevó a experimentar con distintos estilos. En la exposición se muestra

obra realizada por Ana, desde finales de los años 70 a mediados de los 80. Y desde el 2000 en adelante.

Inspirados en fotos antiguas, algunas de su familia, sus primeros cuadros de finales de los 70 son de un estilo “naif ” en el que podemos apreciar la influencia del pintor Henri Rousseau (1844-1910). Se distinguen de ellos los pintados en los años 80 de un estilo más pop, donde se percibe su admiración por los pintores figurativos ingleses como David Hockney (1937). De colores vivos, con una técnica de pintura muy diluida pinta escenas de la vida diaria, con presencia de objetos cotidianos y productos de consumo.

Estas dos etapas que se pueden apreciar diferenciadas por sus distintos estilos, fueron interrumpidas por un periodo de tiempo en

el que Ana se dedicó a las artes decorativas y a la enseñanza de las mismas. Decoraba condiferentes técnicas y pintura de colores vivos, paredes, muebles, objetos como bandejas,papeleras… También se dedicó a pintar telas para pañuelos y paraguas. En el mismo estudio donde trabajaba ella, enseñaba estas técnicas a sus alumnos.

La última etapa de su pintura está más basada en la observación de su entorno, con colores ya no tan forzados, aunque todavía es colorista. En ellos parece querer tomar nota de lo que le rodea. Podemos reconocer con emoción algunos rincones típicos de su casa. En otros casos su pintura se vuelve más impresionista como en algunos cuadros inspirados en su viaje a Cuba en el 2003, con motivo de su 25 aniversario de boda. Otra vez colorista con una pincelada suelta, alegre, nos muestra casas típicas de Cuba o chiringuitos de playa iluminados por el sol.

Ya fuese por humildad o por no sentirse atraída hacia el mundo profesional artístico, Ana nunca quiso exponer su obra. Esta es su primera exposición. Creo que nos perdonaría por esta pequeña traición, conociendo los sentimientos que lo motivan. Y hasta puede que se permitiera disfrutar un momento de vanidad.

Aparte de la obra que aquí se expone muchos de nosotros, amigos y parientes tenemos cuadros suyos y objetos pintados por ella. Siempre fuegenerosa en mostrar y compartir lo que estaba haciendo, sin ninguna afectación. Disfrutaba con lo que hacía, para ella era un placer. Era una persona habilidosa y trabajadora. No nos imaginamos a Ana sin estar implicada en alguna actividad que requiriese estas cualidades. En los últimos tiempos incluso se convirtió en una experta jardinera. Soy testigo pues recibí sus buenos consejos.

Para los que fuimos sus amigos y disfrutamos de sus talentos en vida, esta exposición es un homenaje. Para los que no la conocieron no sé lo que significara. Espero que algo bueno y provechoso.

Merche Olabe

Julio del 2019

La Galería Aire, ese delicioso espacio que regala a los jóvenes pintores la maravillosa oportunidad de mostrar su “ópera prima”, ha tenido la gentileza y el mérito de conseguir que por primera vez se muestre al público una selección de obras, quizá las más íntimas, de una artista que, por una mezcla de pudor y humildad, nunca quiso exhibir al público sus creaciones.

Ana ha transitado por la vida con esa naturalidad de quienes tras una apariencia de sencillez y pausado caminar esconden una poderosa determinación para satisfacer sus ilusiones.

Quienes han conocido la faceta artística de Ana han creído que se trataba de una aficionada autodidacta. Muy lejos de todo ello la inteligencia emocional de esa gran persona le permitió ser alumna aventajada de los mejores. De Alfonso Gortazar aprendió sobre La Luz y los colores y sobre la tantas veces larga espera a que la musa creativa despierte de su descanso; de Fito Ramírez-Escudero la osadía de plantar sobre el lienzo o cualquier otro soporte “lo que a uno le da la gana”; de Merche Olabe la paciencia para dedicar el tiempo necesario hasta casi llegar a la perfección y la militancia en el feminismo sin tener siquiera que hablar de ello, ya está contenido en la creación; de Poti Eguidazu la maravilla de disfrutar de la creación artística como el más divertido de los juegos; de Darío Urzai la incansable investigación hasta conseguir lo necesario para crear lo que uno quiere; de todos ellos la sincera amistad.

Estos días estará con Poti pintando de colores ese imponente Stenway & Sons de enorme cola, porque ni a Poti ni a ella les divierte esa manía de que los pianos sean negros, lo preparan para que acompañe a los coros que cantarán en esa fiesta del arte en la que dedicará una canción de cuna a su amiga Merche Olabe, otra tímida humilde que aceptó ser comisaría de la exposición. El concierto acabará con un sentido agradecimiento a Fito Ramírez-Escudero y a sus hijos quienes demuestran que no son necesarias leyes y otras ventajas materiales para regalar proyectos solidarios y para descubrirnos a los bilbaínos esos deliciosos callejones que nos recuerdan que en Bilbao el arte y el buen hacer siempre han estado con nosotros aunque algunas veces, como Ana, humildemente escondidos.

José María de la Sota Bilbao, agosto de 2019

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