Descripción
Mari Carmen (Lizarra, 1945) tuvo una peluquería durante 45 años en Bilbao y con 73 años se matriculó en Bellas Artes. Estéfana (Vigo, 2000) hizo el bachillerato artístico en Vigo y tenía 17 cuando coincidieron en clase de primero, donde también coincidí yo, como profesora, con ellas. Ahora están en cuarto y en julio presentarán sus Trabajos de Fin de Grado.
Mari Carmen desde primero entendía la forma a través de la manera en que había entendido toda la vida una cabeza y desde el modo en que cada tipo de pelo se mueve y pesa. Decía que a veces hacía falta atreverse a cortar un mechón donde menos se espera, porque aquello lo podía cambiar todo. En clase de pintura notaba que en su cuadro faltaba un matiz caoba o más sanguina o borgoña. Una vez hizo un marco a su cuadro pegando a lo largo del canto una fila contínua de bigudís rosas. Ahora el alambre funciona como líneas curvas, que al apilarse hace volumen y forma, como un montón de pelo.
Estéfana se fija en que entre las diferentes capas de sus esculturas no queda claro dónde empieza y dónde acaba cada material, hasta que a veces le parecen objetos que se han hecho solos, como un fruto. Trabajar con telas de colores es para ella una forma directa de introducir el color. Después
se refiere a ellas como la verde, la azul, la roja. Le interesa que en sus piezas se revele el rastro del proceso, como cuando alguien se pone la camiseta del revés y quedan a la vista las costuras. Esas costuras son para ella como dibujos que atraviesan la obra, con hilo, alambre o lo que se quiera; recorridos por los que se puede pasar.
Las dos consideran importante en su trabajo la fase de selección de materiales de su entorno, desde elementos naturales como troncos y raíces a pequeños objetos cotidianos, botones o cilindros de goma, que después cada una modifica desde su particularidad, atentas a la cualidad material y según les va pidiendo el proceso. Así van descubriendo nuevos procedimientos en un juego que cada vez es más amplio y a la vez más concreto. La pintura también está presente en la práctica de ambas, como algo a lo que se va y se vuelve y se intercala.
Mari Carmen corta a Estéfana el flequillo o las puntas entre clase y clase. También a otras compa- ñeras. Incluso a Javier San Martín le cortó el pelo durante una merendola en casa de Mari Carmen en Artxanda.
Media melena. De pelo y de hacer a medias.
Damaris Pan
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